viernes, 29 de enero de 2010

El aceite de oliva como fuente de salud

El aceite de oliva se perfila como un auténtico tesoro para la salud. Es el alimento por excelencia de la apreciada dieta mediterránea. No en vano, el verdadero jugo de aceitunas es desde la antigüedad la grasa monoinsaturada más consumida del entorno Mediterráneo. Apreciado desde hace miles de años por su extraordinario sabor, en la actualidad se ha constatado una estrecha relación entre su consumo y una esperanza de vida más larga, que implica una disminución de las enfermedades causadas en gran parte por los no demasiado saludables hábitos culinarios occidentales.
El aceite de oliva es saludable, cardioprotector, vitamínico y sobre todo de exquisitos sabores y texturas. Una alimentación equilibrada debe contar, por supuesto, con todos los principios inmediatos (proteínas, hidratos de carbono y grasas), cuyos mínimos deben respetarse siempre. De hecho, ante enfermedades metabólicas como la diabetes no deben eliminarse del todo las féculas ni prescindir de las grasas en los casos de aumento de colesterol o de obesidad. Por otra parte, debe saberse que el aceite de oliva es parte importante de todo buen tratamiento alimentario para la obesidad y sus complicaciones así como para evitar el colesterol malo y la prevención de las enfermedades coronarias.
El principal ácido graso del aceite de oliva es el ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado. También contiene ácidos grasos saturados (8%-14%), ácidos grasos poliinsaturados (4%-20%) y otros elementos importantes, en especial antioxidantes.
Los efectos beneficiosos del aceite de oliva se deben pues tanto al alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados como al alto contenido de sustancias antioxidantes. Este ancestral líquido, ha demostrado ser algo más que una fuente de grasa monoinsaturada, por tener una rica fuente de antioxidantes, ayuda a prevenir el daño causado por los radicales libres a los tejidos corporales.
Los radicales libres se han relacionado con enfermedades del corazón, cáncer y envejecimiento. Además el efecto beneficioso del ácido oleico favorece la disminución de la coagulación de la sangre en las arterias.
Cuando los ácidos grasos saturados (elevadores del colesterol malo) son sustituidos por los ácidos grasos monoinsaturados contenidos en el aceite de oliva se reducen las concentraciones tanto del
colesterol total como del LDL o colesterol malo y ello sin reducir los niveles del HDL o colesterol bueno.
El aceite de oliva es el aceite que más vitaminas aporta A, E, D y polifenoles que, además de su acción antioxidante, poseen efectos benéficos para la piel y las mucosas. Además, gracias a los esteroles que asimismo contiene bloquea la absorción del colesterol "malo" directamente desde el intestino.
Entre las principales cualidades del aceite de oliva podemos destacar las siguientes: Está comprobado que el aceite de oliva virgen es ideal para las frituras pues resiste las altas temperaturas y así lo podemos utilizar un mayor número de veces en nuestra cocina.
Sus propiedades beneficiosas para la salud y para la alimentación justifican ampliamente el precio de este producto regalo de la naturaleza.
No obstante las virtudes del aceite de oliva van más allá de la protección contra enfermedades cardiovasculares. Algunos de los antioxidantes llamados polifenoles en el aceite de oliva pueden tener la habilidad de destruir sustancias que liberan la proliferación de células cancerigenas.
Evidentemente, la investigación es necesaria para resolver de qué modo se produce esta protección, pero la evidencia muestra que las mujeres en los países mediterráneos sufren menos cáncer de mama que en países como Estados Unidos y Australia, donde el porcentaje es muy alto.
El aceite de oliva también juega un importante papel en la diabetes. Las personas que en su dieta disfrutan del aceite de oliva tienen un mejor control sobre su diabetes y niveles más bajos de algunas grasas en la sangre, cuando comparamos con la dieta rica en carbohidratos normalmente recomendada para este tipo de enfermedad.
El aceite de oliva virgen es sin duda el más natural de todos los aceites; se trata de un producto protector y regulador del equilibrio de nuestra salud. La investigación científica confirma que el aceite de oliva virgen:
• Reduce el nivel de colesterol.
• Disminuye el riesgo de infarto.
• Reduce las probabilidades de trombosis arteriales.
• Disminuye la acidez gástrica.
• Ofrece una acción eficaz de protección contra úlceras y gastritis.
• Estimula la secreción de la bilis, y es el mejor absorbido por el intestino.
• Regula el tránsito intestinal.
• Produce una mejora en el funcionamiento del estómago y del páncreas.
• Beneficia nuestro crecimiento óseo, el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso, y permite una excelente mineralización del hueso.
• El aceite de oliva contiene vitamina E, por lo que debido al efecto antioxidante de esta sobre la membrana celular, está especialmente recomendado para la infancia y la tercera edad.
• Es el más conveniente para prevenir los efectos deterioradores de la edad sobre las funciones cerebrales y sobre todo el envejecimiento de los tejidos y de los órganos en general.
• Es muy importante para la piel, debido a su aportación de vitamina E a la dieta y también posee un efecto protector y tónico de la epidermis.
Por su saludable efecto sobre nuestro organismo y por su valor alimenticio el aceite de oliva ha conseguido un puesto preeminente en la gastronomía. Pero además su sabor único le hace cabeza de toda una forma de cocinar e incluso de entender la vida. Porque el aceite como el vino es un elemento vivo que posee mil matices gastronómicos que conviene aprender a apreciar y disfrutar.
El aceite de oliva, es el más sano, saludable y de más fácil digestión. Al ser natural, es un producto nutritivo y no engorda.

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