viernes, 28 de marzo de 2008

El huevo: aportes y beneficios

Introducción

Una dieta equilibrada contiene todos los alimentos que bondadosamente nos brinda la naturaleza. La clave está en medir las cantidades y consumirlos en forma variada para evitar carencias y deficiencias, pero también excesos.El huevo es una de las mejores maneras de proveer, en uno solo de ellos, gran cantidad de vitaminas y minerales, y lo más importante: proteína de alto valor biológico. La FAO-OMS (Organización de la Agricultura y la Alimentación - Organización Mundial de la Salud) ha estipulado una proteína con un patrón aminoacídico cuya composición es similar a la del huevo.
Esto es muy importante, sobre todo para aquellos individuos de bajos recursos, que no pueden cubrir todas las necesidades nutricionales, como es el caso de este tipo de proteínas, dado que otros alimentos que la contienen son caros. El huevo, en cambio, es económico y aporta proteínas de excelente calidad.
También aporta vitaminas y minerales, micronutrientes esenciales para nuestro organismo durante toda la vida, pero más aún en el caso de niños y ancianos que, propensos a las carencias nutricionales, deben cubrir necesidades tanto energéticas como nutrientes.
Aportes
Un huevo aporta las mismas calorías que una fruta mediana o un poco más que medio vaso de leche, pero también contiene: 10% de proteínas, 6% de vitamina A, 2% de vitamina B1, 15% de vitamina B2, 4% de vitamina B6, 6% de vitamina B9, 8% de vitamina B12, 6% de vitamina D, 3% de vitamina E, 8% de fósforo, 4% de hierro, 4% de zinc, y todo eso con alrededor de 70 calorías.
Tantos nutrientes son necesarios en funciones importantísimas como la reparación de los tejidos, la formación de tejidos nuevos, el consumo de energía y la intervención en procesos metabólicos complejos.
Además, el huevo contiene dos carotenoides (del grupo de las vitaminas) llamados Luteína y Leaxantina que intervienen en la salud visual, y que podrían ayudar a prevenir la ceguera en los adultos mayores. Por otra parte, si bien durante la ancianidad se reduce la cantidad de calorías a ingerir, de todos modos se necesitan nutrientes esenciales. Para ellos, el huevo es un contribuyente importante en la dieta: fácil de cocinar, masticar, digerir y conseguir por lo económicos que resultan. El huevo, justamente, es el alimento más económico entre los que contienen proteína de alto valor biológico, sin contar con que prácticamente no tiene desperdicio dado el escaso peso de la cáscara.
Otros beneficios
Otro de los beneficios que ofrece el huevo es la posibilidad de vehiculizarlo de manera tan amplia. Vale decir, es posible adaptarlo a todo tipo de comidas, tanto dulces como saladas: salsas, pastas, tartas, sopas, souffles, omelettes, revueltos, flanes, budines, merengues, tortas, mousses, helados, galletitas, postres, cremas, etc.
Los huevos siempre se encuentran al alcance de la mano, ya que son incontables los locales que los venden. Se cocinan en pocos minutos y su consumo se adapta a todas las edades. Más aún, se adaptan a los distintos momentos biológicos del ser humano: embarazo, lactancia, niños en edad de crecimiento, adolescencia, etc. También pueden ser beneficiosos para acompañar patologías tan diversas como el VIH/Sida o la desnutrición, cáncer, enfermedades del aparato digestivo, obesidad (puesto que produce saciedad en el caso del huevo duro), y hasta se puede vehiculizar en las zondas nasogástricas.
En muchos países de América Latina y otras regiones del mundo la desnutrición infantil es uno de los problemas que flagelan a la sociedad, y existen numerosas entidades que planifican programas alimentarios a fin de paliar en parte la situación. Estas raciones se verían enriquecidas aumentando la cantidad de huevos contenidos en las mismas sin volverlas más costosas.
Respecto de la incidencia del colesterol, el huevo posee mayor porcentaje de grasas insaturadas que saturadas, que son las que inciden en realidad en el aumento del colesterol en la sangre. Específicamente, el huevo contiene 1,5 g de grasas saturadas y de 2,5 a 3 g de grasas insaturadas. Además, las grasas monoinsaturadas contribuyen a elevar el HDL (llamado colesterol "bueno").
Es importante aclarar que las personas que sufren de hipercolesterolemia deben ser guiadas en su dieta por el médico y el nutricionista.
Recordar entonces que "el huevo no es el culpable", sino que hay que centrarse en una dieta equilibrada, con mayor aporte de frutas, verduras, más fibra, menos grasas saturadas, menos azúcares concentrados y, sobre todo, aumentar el ejercicio físico. No desechar, por desinformación, un alimento tan valioso, sano, seguro, nutritivo, sabroso y sumamente accesible y económico. Este alimento, probablemente el único envasado en origen, es una fuente de salud.
Fuente: Lic. Sonia Marino en Latinsalud.com

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