
Ya lo decía la abuela: la levadura de cerveza seca en polvo es buena para la salud. Y hoy diversos estudios lo confirman. Posee un alto contenido de proteínas, vitaminas, carbohidratos, minerales y fibras. Es fácil de digerir y de rápida absorción.
"La levadura de cerveza en polvo virgen refuerza el sistema nervioso; fortalece la piel, las uñas y el cabello; promueve la síntesis de hormonas tiroides, progesterona y testosterona", detalla el médico Carlos Markmann, jefe del servicio de Nutrición del Hospital Marie Curie.
La levadura de cerveza seca en su estado puro se obtiene a partir del hongo unicelular Saccharomyces cerevisiae luego de una serie de procesos industriales. Es insípida, pero también se consigue con sabor a queso y a manzana.
¿Cómo usarla? Se la puede mezclar con leches, yogur, crema, azúcar, cereales, jugos de frutas, infusiones, verduras deshidratadas en polvo, sopas, pastas, salsas y ensaladas.Los especialistas la recomiendan como suplemento dietario durante el embarazo, la lactancia, a lo largo del desarrollo infantil, en la adolescencia, entre los deportistas y en los mayores con algún déficit alimentario. También como antioxidante natural, en pacientes desnutridos, oncológicos, quemados, anémicos y en aquellos que atraviesan un período posoperatorio.

Sus proteínas contienen todos los aminoácidos considerados esenciales por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
"En chicos mayores de 2 años con una alimentación deficiente suelo indicar consumir 2 gramos por día (una cucharadita de café). Y en los adultos, 20 gramos por día (una cucharada sopera)", cuenta Markmann.
Se la puede consumir de diversos modos: en carnes rojas, pescados, pollos, pastas, verduras. Por ejemplo en una salsa de queso. Y aquí va la receta: se coloca la crema de leche en una cacerola. Al primer hervor se le agregan 2 yemas, 50 gramos de queso crema y 200 gramos de queso gruyere. Luego se disuelve una cucharada sopera de levadura de cerveza en agua tibia y se agrega a la preparación. Revolver continuamente hasta que se disuelva el queso. Por último, salpimentar a gusto.

Sin duda la abuela tenía razón: un poco de levadura seca en polvo todos los días no hace mal a nadie. Más que eso: revitaliza, rejuvenece y ayuda a vivir mejor.
Fuente: Jéssica Fainsod en Diario Clarín
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